Ya se me ha olvidado cuando empecé a hacer fotos, no sé, tendría catorce años cuando compré con mis ahorros mi primera cámara, fue en una droguería. Sí, lo habéis leído bien, en una droguería, junto a los estantes de detergentes, lejías, jabones etc., había una sección de fotografía. Creo recordar que me costó unas doce mil de las pesetas de antes y llegué a un acuerdo con el droguero para pagársela a plazos, se trataba de una máquina de la marca Konica, modelo Autoreflex TC, lo sé porque aún la conservo. Fue la primera máquina de fotos SLR de exposición automática de 35 mm con obturador plano focal. Lo de ‘auto’ era un decir porque todo era manual, el enfoque, la selección de la velocidad en una ruedecilla, etc. y por supuesto de carrete. Aquella máquina no tenía posibilidad de seleccionar el ISO, dicha opción dependía del carrete que compraras. Recuerdo que había de 100 , 200, 400 ASA, al menos era los que yo utilizaba según las condiciones de luz en las que manejaba la foto. ¡Estaba encantado con aquella cámara!

fotografiaba todo aquello que me rodeaba

Lo que ocurría es que por aquel entonces no tenía el más mínimo conocimiento de fotografía, solo contaba con un gran entusiasmo. Digamos que fui aprendiendo de todo aquello que leía sobre fotografía en libros especializados y confieso que muchas de las cosas me sonaban a chino. Donde más aprendí fue visiualizando y estudiando las fotos de grandes maestros como Robert Diosnau (14 de abril de 1912 –  1 de abril de 1994), fotógrafo francés quien se hizo famoso por sus fotos de gente; Henri Cartier-Brensson (22-8-1908 – 3-8-2004), francés considerado el padre del fotoreportaje; Richard Avedo (15 de mayo de 1923 –  1 de octubre de 2004), estadounidense, refutado fotgráfo de modas y gran retratista; Helmut Newton (31 de octubre de 1920 – 23 de enero de 2004), australiano, considerado uno de los más importantes fotografos del siglo XX; Brassaï (9 de septiembre de 1899 – 8 de julio de 1984), húngaro, conocido por sus trabajos sobre París; Robert Capa (22 de octubre de 1913 – 25 de mayo de 1954), húngaro, fue el más famoso corresponsal de guerra.  . . .  Entre otros.

Pero por aquel entonces la fotografía era uno de mis ‘hobbies’ preferidos, incluso llegué a revelar en blanco y negro con una máquina que me compré de segunda mano y mi madre me dejó montar en un pequeño cuarto de baño en el que apenas cabíamos y cuando terminaba tenía que desmontarlo todo y apilarlo por allí para que no estorbara la verdadera función del baño. Por aquel entonces fotografiaba las cosas que me rodeaban, mi perro, la familia, paisajes, amigos. Concebía las fotos que hacía como un recuerdo y muchas de ellas aún las conservo en algunos álbumes. A día de hoy esa época queda muy lejana pero valoro en mucho toda esa experiencia aunque fuera muy a la deriva y cuando veo aquellas fotos de entonces me devuelven al pasado con una alegre nostalgia. Cada foto lleva consigo una historia, sobre el lugar, la persona o las personas que aparecen y el momento en el que fue tomada y francamente creo que esa es la magia de la fotografía.

Años más tarde, en mi etapa universitaria y el diario La Verdad de Murcia me brindaron la oportunidad de cubrir el deporte universitario tanto como redactor como de fotógrafo. Luego vinieron algunos guiños con publicaciones privadas y siempre altruístamente. Después, un periodo de algunos años en el que dejé la fotografía a un lado para dedicarme a ganarme la vida con trabajos menos ‘artísticos’ y más rutinarios y productivos.

Después de una década, aún no sé porqué, pero de manera repentina, decidí dejar de lado aquellos aburridos trabajos y volver a lo que más me gustaba, escribir y fotografiar. La vieja cámara ya quedó para el recuerdo, vinieron una Fujifilm y varias Nikon. Primero trabajé en dos revistas deportivas y después de tres años, de nuevo surgió la oportunidad de trabajar en el diario La Verdad. Aquí empezó a tener sentido mi verdadera vocación dedicándome en cuerpo y alma, cinco años en La Verdad y después quince años en el Diario La Opinión, entre otros medios.

Soy un fotografo de oficio

Esta última etapa profesional en distintos medios escritos y audiovisuales, me han permitido crecer tanto como persona como fotógrafo. Si bien mi fotografía siempre ha sido social y deportiva, mi inquietud por crecer y aprender me llevó a practicar con otros géneros fotográficos como el retrato, la fotografía nocturna, el paisaje. Todos ellos me ha aportado grandes conocimientos tanto técnicos como artísticos. Si tuviera que definirme como fotógrafo diría que soy, ‘un fotógrafo de oficio’, trabajo para gente que me contrata con unos fines y mis trabajos los tienen que dejar satisfechos, aunque siempre me he dejado algún que otro hueco para poder experimentar y fantasear con otras instantáneas.

Ya son muchas las primaveras que me contemplan y cuando me preguntan porqué me hice fotógrafo, siempre digo, ‘todo empezó con mi primera cámara’ y yo no tenía la menor idea de que esto acabaría así, de lo cual doy gracias.